Comer bien no significa salir y comprar todos los productos light y dietéticos del mercado. Una dieta saludable tampoco depende de alimentos caros y aparentemente milagrosos que, de vez en cuando, entran en la moda como «el último recurso para adelgazar».
Según expertos, una alimentación sana debe ser variada, incluyendo frutas, verduras, carbohidratos, proteínas, grasas insaturadas y azúcares esenciales.
Al final, cada grupo de alimentos es responsable de una función en nuestro organismo y, por lo tanto, debe ser incluido en determinadas proporciones en nuestra alimentación diaria.
Es claro que, en situaciones de restricción alimenticia o, si la persona tiene objetivos específicos (por ejemplo, adelgazar), las proporciones de algunos grupos de alimentos deben ser alteradas.
De cualquier forma, alimentarse bien y mantener una dieta sana no tiene que costar caro. ¿Quiere ver? Eche un vistazo a continuación.
A LA HORA DE COMPRAR:

1 – Elija las frutas y los vegetales de la estación
Una dieta sana debe ser rica en frutas
y verduras. Al final, estos alimentos son fuentes naturales de vitaminas,
minerales y fibras – componentes que ayudan en el buen funcionamiento del
intestino y ayudan nuestro metabolismo a continuar activo incluso en los
intervalos entre las comidas.
Para ahorrar a la hora de la compra, usted puede comenzar intercambiando, si es
posible, los supermercados e hipermercados por las ferias donde los productos
suelen ser más baratos y más frescos.
Además, preferir frutas y verduras de la temporada. En época de cosecha, además de presentar precios más bajos, los
alimentos son más nutritivos.
2 – Dé preferencia a los productos a granel
Los cereales, los granos, las raíces y
los tubérculos también desempeñan un papel importante en una dieta sana. Pero
lo ideal es comprar productos menos procesados y más naturales.
Por lo tanto, prefiera el arroz integral (en lugar de mezclas pre-listas), la
granola (sin azúcar) e invierte también en otras alternativas, como el grano,
la lenteja, etc.
Para gastar menos, los productos a
granel son algunos de los más indicados. Raíces y tubérculos también son
buenas opciones que pueden sustituir varios carbohidratos.

3 – Hacer sustituciones inteligentes
Para tener una dieta realmente sana, muchas veces, hay que revisar algunos hábitos, haciendo cambios y sustituciones de alimentos pobres en nutrientes por otros más beneficiosos (se sorprendería al saber que son más baratos).
4 – Cultiva una huerta
Otra opción para ahorrar y tener una
dieta más sana es cultivar una huerta en casa. Incluso con poco espacio, es
posible cultivar algunas plantas de raíces cortas y condimentos.
Por otra parte, los condimentos son el secreto de una alimentación sana y
sabrosa. En vez de la sal, vale remplazar en especias naturales como ajo,
cebolla, salsa, cebolla, albahaca, romero, laurel, orégano, salvia, azafrán,
menta, cilantro, tomillo, pimientos, etc.
Muchos de estos condimentos todavía poseen propiedades naturales y curativas,
como el ajo, por ejemplo, que fortalece el sistema inmunológico, tiene acción
desintoxicante, disminuye la presión arterial, entre otros beneficios.
A LA HORA DE COMER:
5 – No te quedes por largos períodos sin comer
Para mantener una alimentación sana,
según expertos, es fundamental hacer pequeños aperitivos entre las grandes
comidas, dando preferencia a frutas y alimentos ligeros.
Además, quien se queda sin comer durante
mucho tiempo, probablemente, tendrá más hambre y comerá más en la próxima
comida. Y eso podrá reflejarse tanto en ganancia de peso como en gastos mayores.
Mantener una fruta o una barrita de cereal en el bolso o en el cajón del
trabajo puede ser una buena solución para alimentarse mejor y ahorrar.
6 – Beba agua
Sí, beber agua es parte fundamental de
una dieta sana. Al final, cerca del 70% del cuerpo humano está compuesto por
agua. El agua participa de reacciones químicas, del transporte de nutrientes,
del control de la temperatura corporal, entre otras funciones esenciales. Es
decir, es un recurso vital que necesita ser consumido en abundancia. Según
expertos, son necesarios al menos dos litros diarios.
Además, usted ¿sabía que a menudo la sed puede ser confundida con el hambre?
Beber agua, entre otros beneficios, aumenta la sensación de saciedad.
Para gastar menos, invierte en un
filtro, en lugar de comprar siempre agua embotellada. Y también puedes
llevar siempre una botella contigo, reabasteciéndola cuando sea posible.
7 – Aproveche mejor los alimentos
Otro secreto importante para una dieta
sana y barata es aprovechar mejor los alimentos. Y no estamos hablando sólo de
evitar el desperdicio, sino también de aprovechar integralmente los nutrientes.
Muchas veces, arrojamos a la basura las partes más nutritivas de algunos
alimentos, como cáscaras, tallos y hojas. Pero usted puede comenzar a cambiar
esto, aprendiendo nuevas recetas que incluyan estos ingredientes. Así, usted
gana más salud y aún evita el desperdicio y la compra de nuevos productos, con
ganancias también para su bolsillo.
8 – Descubra nuevas recetas
Alimentarse bien también puede ser una
cuestión de adaptar su paladar a nuevos gustos. Es importante saber lo que te
gusta y también explorar otros sabores y otras combinaciones. La variedad de
opciones y posibilidades es prácticamente infinita. Prueba, prueba, combina,
condimenta, realiza sustituciones saludables, prueba, descubre nuevas recetas.
La Internet puede ser una buena aliada en esta búsqueda de nuevas recetas más
saludables y baratas.
9 – Conserve mejor lo qué compra
Una dieta sana suele incluir muchos
elementos perecederos (como frutas y verduras). Entonces, para evitar
desperdicios y ahorrar, es importante aprender a conservar mejor los alimentos.
Las cebollas, por ejemplo, deben conservarse fuera de la nevera, en lugares
secos, lejos de la luz directa. Las hojas verdes, después de lavadas y bien
secas, deben colocarse sobre un papel de toalla, en un recipiente cerrado y
conservadas en la nevera.